Conviene encontrar la medida exacta, el equilibrio perfecto entre la flexibilidad y la rigidez de la musculatura.
Dicho equilibrio ha sido perfectamente definido por los maestros de la halterofilia soviética:
el músculo debe ser lo suficientemente flexible como para tener
ligeramente más amplitud de la requerida para una disciplina deportiva
dada (para prevenir lesiones y no obstaculizar el gesto), pero nunca
tanta como para entorpecer el rendimiento (como una muñeca de trapo
cuyas articulaciones se salen de lugar fácilmente).
Conclusión: podemos
deducir de todo esto que el estiramiento de un músculo posee la
capacidad de aumentar el rendimiento y de reducirlo. En consecuencia,
hay que prestar mucha atención al buen uso del estiramiento.
Durante el calentamiento
Si tensamos una cinta elástica durante unos segundos, esta empieza a calentarse.
Por la misma razón, los estiramientos
calientan los músculos y tendones. Pero si tiramos demasiado de la
cinta elástica, se dará de sí y perderá toda su fuerza; y lo que es
peor, se puede desgarrar. Exactamente lo mismo pasa con la musculatura.
Los estiramientos de calentamiento
deben ser siempre suaves. En efecto, las investigaciones médicas
revelan que los calentamientos con estiramientos prolongados pueden
asociarse al bajo rendimiento por pérdida de elasticidad muscular: Dicha
pérdida no solamente representa perder un poco de reactividad, sino que el músculo se vuelve menos explosivo.
El bajo rendimiento solo dura unas horas pero lo suficiente como para arruinar una competición o un buen entrenamiento.
Así pues, no forcemos demasiado los estiramientos a la hora de calentar.
Durante el esfuerzo
Cuando la actividad física es
fraccionada (por ejemplo, en el tenis, el fútbol, el rugby, musculación…
), es posible hacer estiramientos en los momentos de pausa.
En ese preciso instante, el estiramiento
puede tener dos consecuencias: en el mejor de los casos, los
estiramientos permiten recuperar inmediatamente la tonicidad muscular favoreciendo la recuperación,
lo cual se traduce en una mejora en el rendimiento; pero en el peor de
los casos, el estiramiento favorecerá la disminución del tono muscular y
la fatiga se precipitará.
Esas respuestas extremas son explicables
y no son tan sorprendentes como parece en un primer momento. Dependen,
en gran parte, del grado de fatiga muscular que se ha sufrido durante el esfuerzo.
Puede suceder que los estiramientos resulten beneficiosos durante la primera parte del entrenamiento, para acabar siendo perjudiciales al final del mismo.
También puede producirse el efecto inverso. Lo bueno que tiene el estiramiento
es que sus efectos, tanto si son buenos como si son nocivos, se
perciben rápidamente y puede abandonarse la práctica en cuanto se nota
que nos está perjudicando. No hay que ser dogmático con los estiramientos
durante el esfuerzo. Aunque muchos loen sus virtudes, la verdad es que
sus efectos benéficos no son iguales para todo el mundo ni en cualquier
momento.
Después del Entrenamiento
Se trata del mejor momento
para hacer estiramientos. Sea cual sea su efecto, no perjudicará el
rendimiento dado que el esfuerzo ya se habrá acabado. Lo ideal es
estirar los músculos que acaban de ser esforzados durante un
entrenamiento porque, en ese momento, están bien calientes y necesitan
recuperarse.
Pero nunca perdamos de vista la regla de oro del estiramiento: demasiada flexibilidad entorpece el rendimiento a largo plazo.
Únicamente hay que conseguir una buena amplitud de movimientos, así mantendremos las lesiones alejadas.
Entre entrenamientos
Los estiramientos pueden utilizarse como
medio para acelerar la recuperación entre dos entrenamientos. El
estiramiento puede reforzar el proceso de regeneración muscular.
Las ventajas de los estiramientos son
que no son fatigosos, que pueden practicarse en casa tranquilamente y
que no requieren material alguno.
Sin embargo, ¡nunca hay que pasarse! Si
se sobrepasa cierto punto, las largas series de estiramientos cansarán
al músculo en lugar de regenerarlo. De dos a cuatro series de
estiramientos estáticos, de 15 o 20 segundos de duración cada uno,
constituyen una buena base de trabajo para un grupo muscular.
El segundo problema inherente a esta estrategia es que siempre se empieza con la musculatura fría, lo cual puede ser peligroso.
Lo mejor es calentarse un poco antes de empezar a estirar y de aumentar progresivamente la potencia de los estiramientos.
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