POR Víctor R. Prisk
A la niacina se le conoce como
“ácido nicotínico” y es una vitamina B esencial que tiene efectos
interesantes en la fisiología humana. La deficiencia severa en niacina
lleva a una enfermedad llamada pelagra, que se caracteriza por diarrea,
demencia o delirios y dermatitis.
La suplementación con niacina es
utilizada por su habilidad en mejorar los niveles de triglicéridos y
colesterol. También es interesante su habilidad en cambiar la expresión
del gen en los tejidos sensibles a la insulina, como el hígado, músculos
y corazón.
Los ejercicios de resistencia
causan un aumento en la expresión de genes que inician la transición de
las fibras musculares tipo II de contracción rápida a fibras musculares
tipo I de contracción lenta con una mayor maquinaria quemadora de grasa.
El PPAR delta y el PGC-1 alfa son
los reguladores claves en esta transición, los cuales aumentan los genes
implicados en el consumo de ácido graso, metabolismo de la célula y
tipo de fibra muscular. La niacina es conocida por aumentar la actividad
de estos reguladores, explicando su habilidad en mejorar los niveles de
triglicéridos en la sangre.
¿SI LA NIACINA TIENE LA
HABILIDAD DE AUMENTAR EL PPAR DELTA Y EL PGC-1 ALFA, TAL VEZ PUEDA
ESTIMULAR UNA TRANSFORMACIÓN OXIDATIVA (QUEMA DE GRASA) EN EL TIPO DE
FIBRA DE CONTRACCIÓN LENTA?
En un reciente estudio alemán de
Ringseis et al., se suplementó a ratones con altas dosis de niacina para
explorar esta posibilidad.
Lo que descubrieron fue que la
niacina causó claramente un cambio en el tipo de fibra muscular a la de
contracción lenta y aumentó la quema de grasa; como las células
oxidativas de contracción lenta queman grasa como energía de forma
aeróbica, ésta sería una posible explicación sobre cómo la niacina puede
reducir la grasa en la sangre.
En el físicoculturismo tenemos
definitivamente una situación de razonamiento circular, si tomas altas
dosis de niacina (ej., 2000 mg/día) podrás tener cambios adaptivos
similares a hacer actividad aeróbica;
lo que puede ayudarte a quemar más grasa, sin embargo, ¿la conversión
de las fibras musculares tipo II de contracción rápida a fibras tipo I
de contracción lenta creará una fibra muscular más débil? Aún se deben
realizar más estudios para entender si la niacina preserva el tamaño y fuerza de los músculos, independientemente del cambio de tipo de fibra, si es que esto ocurre en humanos.
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